A través de su estudio Impacto Económico y Social del Capital-Riesgo en las operaciones de Middle Market en España, publicado en 2018, ASCRI (Asociación Española de Capital, Crecimiento e Inversión) estudió el impacto del Capital-Riesgo en 186 empresas y se ratificaron las siguientes conclusiones:
El Capital-Riesgo constituye uno de los pilares básicos de la financiación de las pequeñas y medianas empresas, siendo un complemento esencial a la financiación bancaria.
La inyección de capital se complementa con un fuerte apoyo en el desarrollo de la empresa. Las entidades de Capital-Riesgo no se limitan sólo a aportar financiación, sino que también aportan la experiencia de sus equipos: (1) ofrecen asesoramiento estratégico, (2) generan credibilidad antes terceros, (3) ayudan a la profesionalización de los equipos directivos, (4) ofrecen enfoques de negocio exógenos y (5) trasladan best practices de otros sectores.
El Capital-Riesgo se ha demostrado como una herramienta clave para que las empresas crezcan y sean más competitivas. El Capital-Riesgo contribuye a este crecimiento a través de dos vías: (1) haciendo crecer las ventas, la facturación o el EBITDA; o (2) con operaciones build up: que una empresa consiga ganar tamaño mediante la adquisición de otra(s) compañías, reduciendo la fragmentación de su sector.
Las empresas respaldadas por el Capital-Riesgo contribuyen a la creación de empleo con mayor intensidad. Esta creación de empleo, además, persiste en el tiempo. Considerando una horquilla temporal hasta 2015, las 186 empresas que recibieron financiación de Capital-Riesgo aumentaron su plantilla hasta 27.485 trabajadores, con un incremento agregado del 30%, frente a la destrucción de 2.000 puestos de trabajo en el grupo de control (-2,8% agregado).
La inyección de capital y la ayuda en la gestión de la compañía que aportan los fondos de Capital-Riesgo intensifican el crecimiento de las empresas participadas. En términos individuales, cada empresa participada aumentó sus ventas en 17,1 millones tres años después de la inversión, frente a los 1,5 millones registrados en las empresas del grupo de control. Si se extiende el análisis hasta el año 2015, esta diferencia entre empresas participadas y grupo de control se cuantifica en 12,2 millones de euros por empresa.
La financiación de las empresas a través del Capital-Riesgo mejora su capacidad para generar beneficios. Las 186 empresas participadas por Capital-Riesgo incrementan su beneficio antes de intereses, impuestos y amortizaciones (EBITDA) al tercer año desde la inversión, en 294 millones de euros, a una tasa media del 7% anual. Mientras, el grupo de control registró pérdidas de 200 millones de euros (-6,4% de media anual).
La financiación de Capital-Riesgo multiplica la inversión de sus participadas, lo que permite un aumento de la producción. En términos agregados, los activos totales de las empresas que contaban con financiación de Capital-Riesgo aumentaron el valor de los activos en 4.460 millones de euros al tercer año de recibir este tipo de inversión, equivalente a un ritmo de crecimiento del 7% anual, más de cuatro puntos por encima del grupo de control (2,8% anual).
El Capital-Riesgo implica un apoyo en la gestión que contribuye a crear valor, amortiguar los efectos las recesiones a través de la inversión y buscar nuevos mercados en los que crecer. En el segmento de middle market, un total de 61 empresas recibieron financiación de entidades de Capital-Riesgo después del inicio de la crisis, en 2009. Cada empresa apoyada por Capital-Riesgo, aumentó al cabo de tres años su facturación en 23,7M€ frente a los 3,3M€ de cada empresa del grupo de control, lo que equivale a 7 veces más, en promedio.
La inversión del Capital-Riesgo en el segmento de middle market se concentra, fundamentalmente, en el sector de otros servicios (80 empresas) e industria (53 empresas). El resto de inversiones se repartieron entre el sector del comercio (24 empresas), el sector primario y de suministros (15 empresas) y el de Tecnologías de la Comunicación (14 empresas).